La diabetes ocurre cuando las células especializadas del páncreas no producen suficiente cantidad de la hormona insulina. La insulina ayuda al cuerpo a procesar nutrientes (proteínas, grasas y carbohidratos), lo que ayuda al bebé a crecer, reconstruir tejidos y producir y almacenar energía. Estos nutrientes producen glucosa, el “combustible” del cuerpo que las células utilizan como fuente de energía.
Insulina
Diabetes mellitus tipo 1
En las personas sanas, la insulina transporta la glucosa de la sangre a las células y mantiene los niveles de azúcar en sangre dentro de un rango estrecho. Las personas con diabetes tipo 1 producen poca o ninguna insulina, por lo que sus niveles de glucosa en sangre aumentan, especialmente después de las comidas.
Los nutrientes obtenidos de los alimentos no se transportan a las células y se acumulan en el torrente sanguíneo. Sin una fuente de energía, las células siguen “hambrientas”. El hígado intenta “alimentarlos” y comienza a producir azúcares a partir de proteínas y grasas en las “reservas” del cuerpo. Esto provoca pérdida de peso y debilidad porque los músculos y la grasa se descomponen y el cuerpo no recibe la energía que necesita.